poesia para ti, ¡ si para ti ¡

Mira mi vaso: está llorando, se ha cansado, está pensando en princesas moribundas. Y tu sigues ahí en mi mente abrazandome por dentro, metida dentro de esta alma gris y enferma. Nose como lo hiciste pero has calado hondo en mí. Apareciste como otra persona, vestida de playa en un mundo de uniformes y zapatos anti caidas. Me hablaste de esto y esto otro, y yo mirandote a lo lejos, como si fueras de otro planeta, pero quedandome con tu aliento para revivirlo en los momentos mas inesperados: al despertar, cuando me cepillaba los dientes, en el momento en que decía la primera palabra del día... Y al final volviste y me planteaste un enigma: ¿viajar al infinito o seguir en la comodidad del presente? Elegí al infinito, y para superar la prueba tuve que rescatarte de peligros que tu misma buscaste para que yo te salvara. Y al besarme casi te mueres, y bañada en salitre me abrazaste y me diste las gracias por haverte devuelto la vida: me has devuelto el favor con creces, al darme momentos que nunca habría podido imaginar sin tu existencia. Nos hemos comido tanto que se me ha gastado el alma de tanto rozarse con la tuya, y te has quedado los trozos. Quizás ahora estés utilizandolos para decorar tu cuarto de noche, o quizás los tengas para que tu silla no cojee, salvandote otra vez de una caída. Porque estás lejos, y yo sigo quieto. Pero quiero tenerte, y creo que nada me va a desviar de ese objetivo.